Me tardé mucho para esta entrada, pero comencemos: con la lectura finalizada de Los Miserables (en junio de este año), hay varios temas que se pueden poner para analizar o comentar. Mediante el título de la entrada podemos generalizar la difícil vida que llevan los protagonistas pero también da un contexto general de la vida en esa Francia del XIX.
Un punto que llamó mi atención fue el de Fantine, la madre de Cosette. Ello será mi punto de partida para exponer un poco mi idea de honrar nuestra ascendencia.
Esta gigantesca obra de Víctor Hugo tiene muchas más cosas que abordar: los presidiarios, los conventos, las ideologías políticas y cómo afectaban las relaciones familiares, el honor entre los servidores públicos, la policía (específicamente Jarvert) y la ética con la transformación de Valjean. Pero sería demasiado larga la entrada para tocar cada punto. Sin más que añadir, hablemos de los temas elegidos.
Esta gigantesca obra de Víctor Hugo tiene muchas más cosas que abordar: los presidiarios, los conventos, las ideologías políticas y cómo afectaban las relaciones familiares, el honor entre los servidores públicos, la policía (específicamente Jarvert) y la ética con la transformación de Valjean. Pero sería demasiado larga la entrada para tocar cada punto. Sin más que añadir, hablemos de los temas elegidos.
Sacrificios de los padres representados en Fantine
Esta situación es fácil de recordar para los lectores de la novela de Víctor Hugo. Sabemos que Fantine hizo de todo siempre pensando en el bienestar de su hija. Sin duda es una representación general de lo que muchos padres suelen hacer con tal de que sus pequeños tengan un camino sin complicaciones.
Espero no salirme mucho del tema, ya que quiero hacer notar el que, ya en el punto donde Fantine se prostituye (con el cuerpo degradado y sin dientes), es un extremo que en la sociedad dentro del relato nadie alcanza a percibir.
Traslademos esto a nuestra vida diaria. Podemos recordar a cualquier anciano que deambule por las calles: Esa gente que llegamos a catalogar de "loquita". A primera instancia para muchos es sólo parte del escenario citadino, del paisaje urbano. Pero, ¿te has preguntado cómo transcurrió su infancia? ¿Qué será de su familia? ¿cuál será su historia?
Con esto no quiero decir que todos fueron santas palomitas que lucharon por dar a su familia una vida mejor, pero sin duda habrá alguien por ahí que a pesar de dar su mayor esfuerzo, hoy se encuentra abandonado. No sabemos si nunca pudo regresar a su ciudad, si sus nietos hoy están creciendo lejos y no saben que ese hombre o esa mujer que iniciaron la historia de su descendencia, anda por ahí enloquecido, mugroso, sin algo que comer.
Entonces, de regreso a la novela, hay un momento de frustración donde (sigue un spoiler) Cosette por ser pequeña no sabía las batallas que su madre estaba librando. Aunque nunca le llegaron esos cariños, vestimentas y demás aditamentos, Fantine hizo lo imposible, soñando y creyendo que su pequeña estaba en buenas manos. Ella cumplía con su deber y amor de madre y murió con la idea de que Cosette pensaba en ella y le agradecía. Dado el ambiente de Romanticismo de la novela, la fatalidad está presente en el hecho de que Fantine no podía estar cerca de su hija de 3 años, pues eso significaría perder su empleo y por ende, no habría dinero para el sustento de Cosette. ¿Llevarla con ella a Montreuil? Ni pensarlo pues no tenía un hogar digno.
Hace unos días miraba algunas fotografías de mis abuelos, ellos hoy no saben cómo ha continuado la familia que ellos comenzaron. Y quién sabe qué cosas imaginaban en su juventud cuando soñaban en su descendencia. Sé poco de ellos, y prácticamente nada de sus pensamientos, de sus reflexiones. Y me es triste saber que jamás conoceré cuáles eran sus inquietudes o qué cosas pensaban de la vida, del tiempo...
Lo menos que puedo hacer es tratar de hacer las cosas bien, hacer que esa familia valga la pena. Pensar en ellos, no echar por la borda esfuerzos que sé que debieron hacer en pro de mis padres (aunque me sea imposible conocerlos).
Sé que cuando tenga hijos y ellos tengan descendencia, esta historia se irá borrando. ¿Cómo imaginar si algún tataranieto se preguntará quiénes eran los abuelos míos? Es más, quién sabe si ni siquiera se pregunten quién fui yo.
Es por ello que a mí me toca honrar lo más cercano a mí, porque del mismo modo no sé quiénes fueron mis tatarabuelos (quisiera saberlo), pero donde sea que estén si hay un mundo de almas, ojalá sepan que yo, Jorge, estoy pensando en ellos y sé que son parte importante para que yo exista.
Espero no salirme mucho del tema, ya que quiero hacer notar el que, ya en el punto donde Fantine se prostituye (con el cuerpo degradado y sin dientes), es un extremo que en la sociedad dentro del relato nadie alcanza a percibir.
Traslademos esto a nuestra vida diaria. Podemos recordar a cualquier anciano que deambule por las calles: Esa gente que llegamos a catalogar de "loquita". A primera instancia para muchos es sólo parte del escenario citadino, del paisaje urbano. Pero, ¿te has preguntado cómo transcurrió su infancia? ¿Qué será de su familia? ¿cuál será su historia?
Con esto no quiero decir que todos fueron santas palomitas que lucharon por dar a su familia una vida mejor, pero sin duda habrá alguien por ahí que a pesar de dar su mayor esfuerzo, hoy se encuentra abandonado. No sabemos si nunca pudo regresar a su ciudad, si sus nietos hoy están creciendo lejos y no saben que ese hombre o esa mujer que iniciaron la historia de su descendencia, anda por ahí enloquecido, mugroso, sin algo que comer.
Entonces, de regreso a la novela, hay un momento de frustración donde (sigue un spoiler) Cosette por ser pequeña no sabía las batallas que su madre estaba librando. Aunque nunca le llegaron esos cariños, vestimentas y demás aditamentos, Fantine hizo lo imposible, soñando y creyendo que su pequeña estaba en buenas manos. Ella cumplía con su deber y amor de madre y murió con la idea de que Cosette pensaba en ella y le agradecía. Dado el ambiente de Romanticismo de la novela, la fatalidad está presente en el hecho de que Fantine no podía estar cerca de su hija de 3 años, pues eso significaría perder su empleo y por ende, no habría dinero para el sustento de Cosette. ¿Llevarla con ella a Montreuil? Ni pensarlo pues no tenía un hogar digno.
Hace unos días miraba algunas fotografías de mis abuelos, ellos hoy no saben cómo ha continuado la familia que ellos comenzaron. Y quién sabe qué cosas imaginaban en su juventud cuando soñaban en su descendencia. Sé poco de ellos, y prácticamente nada de sus pensamientos, de sus reflexiones. Y me es triste saber que jamás conoceré cuáles eran sus inquietudes o qué cosas pensaban de la vida, del tiempo...
Lo menos que puedo hacer es tratar de hacer las cosas bien, hacer que esa familia valga la pena. Pensar en ellos, no echar por la borda esfuerzos que sé que debieron hacer en pro de mis padres (aunque me sea imposible conocerlos).
Sé que cuando tenga hijos y ellos tengan descendencia, esta historia se irá borrando. ¿Cómo imaginar si algún tataranieto se preguntará quiénes eran los abuelos míos? Es más, quién sabe si ni siquiera se pregunten quién fui yo.
Es por ello que a mí me toca honrar lo más cercano a mí, porque del mismo modo no sé quiénes fueron mis tatarabuelos (quisiera saberlo), pero donde sea que estén si hay un mundo de almas, ojalá sepan que yo, Jorge, estoy pensando en ellos y sé que son parte importante para que yo exista.