Imagen tomada de: http://mapio.net/s/7546377/
Un día más o un día menos (porque no tengo presente si fue un jueves o miércoles), recuerdo la semana de inicio de clases en la carrera de Letras Hispánicas de la Universidad de Guadalajara. Curiosamente no fue normal como con los demás grupos, puesto que al ser de primer ingreso teníamos que elegir nuestro horario en pleno ciclo ya arrancado.
En fin que era decidir qué turno queríamos y yo todavía con mis conceptos clásicos de ir en la mañana, me sorprendía cuando elegían el turno vespertino. Lo curioso del caso es que la semana pasada había sido de resgistros y según yo ya había armado mi horario, porque como era normal en otras carreras, debías elegir materias, entrar en el SIIAU con tu código y nip, ver la oferta, días y horas, etcétera.
Tal fue mi sorpresa cuando fuimos a ese día de cursito introductorio donde nos dijeron que íbamos a registrar las materias según lo que estaba pegado afuera del departamento. La carrera de Letras está preorganizada con las materias que deberías tomar en 1ero, 2do, 3ero, etcétera. Semestres más tarde deduciría que de igual modo yo podía registrar lo que quisiera, pero decidí seguir el caminito ya trazado por las jefas del departamento. Además, aunque haya materias ofertadas y las puedas registrar, no se sabe a ciencia cierta si son meros fantasmas, donde se ha olvidado quitarlas del sistema y te puedes llevar la sorpresa de que la clase nunca se da.
Tal fue mi sorpresa cuando fuimos a ese día de cursito introductorio donde nos dijeron que íbamos a registrar las materias según lo que estaba pegado afuera del departamento. La carrera de Letras está preorganizada con las materias que deberías tomar en 1ero, 2do, 3ero, etcétera. Semestres más tarde deduciría que de igual modo yo podía registrar lo que quisiera, pero decidí seguir el caminito ya trazado por las jefas del departamento. Además, aunque haya materias ofertadas y las puedas registrar, no se sabe a ciencia cierta si son meros fantasmas, donde se ha olvidado quitarlas del sistema y te puedes llevar la sorpresa de que la clase nunca se da.
Hoy no sé si las cosas sigan igual, supongo que sí.
Hice pocas amistades al comienzo, pues tenía el trajín tarugo de la prepa de que mis grandes amigos se habían quedado allá y no había tiempo de conocer a más gente. Además el nerviosismo, como a muchos más les pasa, me tenía cohibido. Algunos tantos ya hablaban cosas "profundas" y me asustaba ese "gran" saber que ya traían, aunque conforme pasaron los semestres me di cuenta que era simplemente mucha labia lo que tenían. La cosa está en ser merolico, no tener miedo a decir lo que piensas por más estúpido que pueda sonar.
Este día quiero caer en cuenta de que ya se fueron 10 años de aquel agosto 2007 donde empezaba mi carrera universitaria, que elegí más por gusto que por estar pensando a qué me dedicaría o si al menos me daría dinero para sobrevivir.
Fue un mundo que me sedujo por todas las materias sobre literatura, algo más de lingüística y nombres raros que no entendía bien como hermenéutica o pragmática. Luego mis vanas esperanzas como "escritor" de poemas me vieron elegir la primera y única optativa para 1er semestre: el taller de poesía.
Nostalgia pura pensar en ese grupo pequeño que llegaron a llamar "generación dorada" porque nos comportábamos diferente a los de otros grupos, había cierta unión y cumplíamos mejor en las entregas de trabajos. Los compañeros de semestres superiores estaban regados, cada quien verdaderamente por su lado. En realidad nunca entendí bien por qué llamaban así a mi generación. Pero hoy no sé en qué esté cada uno de ellos.
Lejos quedaron esos días de andar por los pasillos, ir al "bosquecito", comer un lonche en la "Lonchería la Normal", ir al McDonald's de Ávila Camacho, buscar libros por la biblioteca Lapuente del CUCSH, ir a la gasolinera a donde sacaban copias, pasar por el parque Alcalde antes de su remodelación y por ende disfrutar de los 20+ gatos que ahí habitaban, llegar en el 636 y pasar bajo el puente de la Av. Alcalde (hoy ya no existe)... y muchas, muchas cosas más.
Como extra, también me gustaría mencionar que, cual hermano menor asustado, buscaba a mi hermana en ese primer semestre porque ella ya llevaba un año estudiando ahí mismo, en el CUCSH, la licenciatura en Filosofía. Así no me sentía solo. Ella quizás hoy piense lo mismo sobre su primer semestre y la aventura que comenzaría.
Lejos quedaron esos días de andar por los pasillos, ir al "bosquecito", comer un lonche en la "Lonchería la Normal", ir al McDonald's de Ávila Camacho, buscar libros por la biblioteca Lapuente del CUCSH, ir a la gasolinera a donde sacaban copias, pasar por el parque Alcalde antes de su remodelación y por ende disfrutar de los 20+ gatos que ahí habitaban, llegar en el 636 y pasar bajo el puente de la Av. Alcalde (hoy ya no existe)... y muchas, muchas cosas más.
Como extra, también me gustaría mencionar que, cual hermano menor asustado, buscaba a mi hermana en ese primer semestre porque ella ya llevaba un año estudiando ahí mismo, en el CUCSH, la licenciatura en Filosofía. Así no me sentía solo. Ella quizás hoy piense lo mismo sobre su primer semestre y la aventura que comenzaría.
Aunque triste, mando un saludo a cada uno de mis compañeros que estuvieron conmigo esos 5 años. No somos ya niños de 17 o (algunos) adultos jóvenes de 21. Ya estamos rondando los 30 y cada quien con experiencias diferentes tras 5 años de haber finalizado la carrera.
Judith, Diana, Victorito, Víctor Voz de locutor, Israel, Fabiola muñoz, Fabiola López, Ángeles, Daniela, Alberto, Isabel, Naye, Enrique, Katerina, Alejandra, Abril, Mariana. Si olvidé a alguno, pues en algún momento lo recordaré y lo añadiré.